En un futuro no muy distante, recibirás un diagnóstico y cura completa desde tu smartphone, incluso antes de notar que estás enfermo. Aunque esto parece ciencia ficción, está a punto de volverse una realidad. La tecnología digital está lista para transformar radicalmente al sector de la salud y el bienestar. En el camino, nos ayudará a superar algunos de los retos más significativos que enfrentamos.
A medida que las personas mayores representan una mayor parte de la población, la prevalencia de problemas de salud de largo plazo aumentará. Esto causará una mayor carga de costos y presionará a los sistemas de salud a acomodar a una mano de obra que envejece.
Por otra parte, los problemas de salud crónicos relacionados con el estilo de vida, incluidos la obesidad y la diabetes, aumentan con implicaciones dramáticas para los presupuestos de los servicios de salud. El costo de mantener estas tendencias demográficas es insostenible, pero los servicios digitales podrían ser parte de la solución que busca la sociedad.
Una tendencia que ha capturado la imaginación de muchos es el “hackeo del cuerpo” o el entendimiento del “ser cuantificado”. Ya sea un laboratorio que analice tu genoma, una aplicación que rastree tu ingesta alimentaria o una banda portátil que registre la actividad física que haces todos los días, estos dispositivos te ofrecen las herramientas para entender inmediatamente tu salud con base en los datos que proporciona tu cuerpo.
El aumento de la disponibilidad de dispositivos de salud altamente conectados y portátiles impulsará una expectativa social de estar conscientes de nuestra propia salud y para ser más proactivos en las decisiones de estilo de vida que tomamos.
Las personas utilizarán la tecnología para prevenir y diagnosticar una enfermedad y, en algunos casos, adelantarnos a la clínica al tomar el cuidado de la salud en nuestras propias manos, o al menos acudir al consultorio armados con información útil para un diagnóstico.
Llegar informados al médico, transformará el papel de éste. Se volverán entrenadores, en lugar de la fuente del diagnóstico inicial. Las herramientas de autodiagnóstico darán a los médicos el poder de monitorear, prevenir y tratar condiciones médicas. Un primer ejemplo es el accesorio de ECG (electrocardiograma) para el iPhone, que ya puede producir datos de calidad médica.
Como resultado, las organizaciones de salud privadas aprovecharán las aplicaciones de salud y su capacidad para obtener un diagnóstico, y ofrecerán éstas ampliamente a los consumidores. Tu smartphone llegará a conocer tu cuerpo mejor de lo que lo conoces y los médicos ofrecerán un servicio de salud basado en tu comportamiento medido e indicadores clave de salud.
Imagina fotografiar con tu teléfono una erupción en la piel, subirla a una aplicación de diagnóstico y recibir un diagnóstico personalizado con base en la información de la imagen, junto con tus datos personales recolectados por el dispositivo a lo largo del tiempo. Estamos buscando muy seriamente este futuro impulsado por los datos privados, tanto en países desarrollados con costos de salud insostenibles, como en países donde las personas no tienen un acceso asequible al cuidado de la salud.
Las herramientas de autodiagnóstico fomentarán un mejor conocimiento de nuestra salud, pero conllevan un dilema moral. En primer lugar, el valor de estas percepciones sugiere que estaremos felices de compartir nuestros datos personales pero podrían surgir sospechas. En segundo lugar, si entendemos nuestros cuerpos y los riesgos de enfermedad, ¿la industria de las aseguradoras premiará a quienes tienen un estilo de vida saludable y castigará a los que no lo tengan?
Si las personas saludables no son recompensadas con menores costos de seguro por sus estilos de vida, ¿argumentarán que son penalizados por los hábitos no saludables de otros?; ¿dónde dibujamos la línea entre una elección de estilo de vida y una enfermedad genética que no podemos controlar?
Actualmente, los sistemas del cuidado de la salud se enfocan principalmente en las enfermedades crónicas, en lugar de enfocarse en las medidas preventivas de vivir un estilo de vida saludable, pero esto puede ser el ajuste que el sistema del cuidado de la salud y las empresas aseguradoras hacen como resultado de los dispositivos digitales de salud.
Las últimas aplicaciones de salud nos permitirán monitorear nuestro cuerpo y utilizar esos datos para crear una solución de salud preventiva y procesable, como un ejercicio individual o un plan de nutrición, además de un plan médico personal.
Sin embargo, para que en última instancia comiencen a tener éxito, los servicios digitales de salud necesitan estar diseñados para integrarse a los comportamientos humanos actuales. Los dispositivos que son incómodos o que no ofrecen explicaciones simples de los datos, no serán adoptados.
La usabilidad es clave: las personas quieren algo intuitivo y simple. Las soluciones del cuidado de la salud deben estar diseñadas con el usuario en mente, lo que permite a las personas llegar a conclusiones viables con base en sus datos personales. Con servicios y dispositivos digitales bien diseñados para el cuidado de la salud, las personas pueden apropiarse de su propio comportamiento de estilo de vida y de su salud, lo que a cambio traerá beneficios económicos y sociales significativos mundialmente.
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