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El ídolo de la música ranchera mexicana, Vicente Fernández, regresó hoy a los escenarios al reanudar su gira de despedida después de la cirugía a la que fue sometido para extirparle un tumor canceroso en el hígado.
En su natal Guadalajara, el “Charro de Huentitán” ofreció el primer concierto tras la operación a la que fue sometido a finales del año pasado, arropado por un público que lo conmovió hasta las lágrimas.
Declaró que se encuentra bien de salud y con ganas de cantarle a la gente. “Estoy sano. Salí limpio (porque) me sacaron todas las células malas”, aseguró a medios de comunicación minutos antes de salir a escena.
Su aparición en medio de los músicos mariachis marcó el principio de una noche nostálgica en la que el público le gritaba “¡Chente, Chente! y no paró de darle muestras de cariño, como la pintura con su rostro y la bandera venezolana que le regalaron dos de los asistentes.
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Fanáticos de Venezuela, Estados Unidos y México abarrotaron el recinto que lleva el nombre del cantante para presenciar el concierto y con la esperanza de revivir las noches en las que Fernández pasaba hasta seis horas cantando mientras sus seguidores no dejaran de aplaudir.
“Aquí estoy nuevamente para decir mi frase con la que me van a sepultar: mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”, dijo en medio de una lluvia de aplausos.
Vistiendo su tradicional traje de charro, el artista dio muestra de su energía al interpretar por varias horas melodías que le dieron fama como “Mujeres divinas”, “El rey”, “¿Qué de raro tiene?” y “Por tu maldito amor”, algunas de ellas incluso “a capela”.
Fernández agradeció al público las oraciones elevadas para que se recuperara del cáncer que lo aquejó, y que, según aseguró, lo “devolvieron” al escenario.
A la mitad del concierto bajó sorpresivamente del escenario y caminó entre los asistentes para ubicarse en una pequeña tarima en medio del recinto para estar más cerca de sus seguidores e interpretar “El hijo del pueblo” y “Millones de gracias”.
“Es lo único que me quiero llevar a la tumba: su cariño su presencia y sus aplausos”, afirmó con la voz quebrada por el llanto.
Tras más de 47 años y decenas de discos, el cantante, considerado el máximo exponente de la música de mariachi en México, anunció a principios de 2012 su retirada de los escenarios para dedicarse a su familia y con el ánimo de dejar una buena imagen entre su público.
En medio de su gira de despedida que lo llevó a Europa, Sudamérica y Estados Unidos, el intérprete y actor anunció que se sometería a una cirugía por “una bolita” que los médicos le encontraron en el hígado.
El último recital en su tierra natal este domingo coincidirá con el festejo de sus 73 años de vida que celebrará “en familia” y con el público que lo acompañó a lo largo de su carrera.
El intérprete confirmó que seguirá la gira de despedida con conciertos en Estados Unidos en marzo y abril próximos, y con presentaciones en México cuyas fechas están por definir.
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