¿Podría haber vida extraterrestre en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea? La misión Kepler de la NASA, un telescopio en órbita equipado con una cámara de 95 megapixeles, trata de responder esta pregunta.
La nave lleva un fotómetro con 42 dispositivos de carga acoplada (CCD, por sus siglas en inglés), que son sensores ultrasensibles con células fotoeléctricas (pixeles) que capturan la imagen. A mayor número de estas células, mayor capacidad de resolución.
Kepler es la primera misión con el potencial de identificar qué planetas son del tamaño de la Tierra y orbitan a una distancia de sus estrellas tal, que se considera zona habitable. Esto es un hito en la astronomía porque el descubrimiento podría llevar a los científicos a descubrir que, en efecto, la vida existe en otros lugares además de la Tierra. El telescopio descubrió que en nuestra galaxia existen mundos rocosos con un tamaño desde la mitad hasta el doble del de la Tierra.
El Kepler detecta los planetas de manera similar a como nosotros vemos algunos astros desde la Tierra. De vez en cuando, hay eventos en los que Venus y Mercurio pasan sobre el Sol, bloqueando brevemente un poco de luz solar que llega a la Tierra. Desde nuestra perspectiva, cada uno de estos eventos, llamados tránsitos, se ve como un punto negro moviéndose lentamente a través del Sol.
El telescopio busca cambios en el brillo de las estrellas, lo cual podría ser evidencia de que hay planetas orbitándolas.
Una vez que encuentran un planeta, su tamaño se calcula utilizando la Tercera Ley de Movimiento Planetario de Kepler, un cálculo basado en la cantidad de luz perdida de una estrella y el tamaño de la estrella. Adicionalmente, la temperatura de la estrella puede ayudar a determinar si el planeta puede ser habitable.
Desde su lanzamiento en marzo de 2009, el telescopio Kepler ha encontrado más de 2.300 candidatos a planetas.
Otros puntos destacados de la misión incluyen el descubrimiento del primer planeta rocoso fuera del sistema solar. Los científicos de la misión determinaron que los planetas con un terreno similar podrían estar extendidos en la Vía Láctea.
“Los descubrimientos iniciales de la misión Kepler indican que al menos un tercio de las estrellas tienen planetas, y que el número de planetas en nuestra galaxia debe ascender a miles de millones”, dijo William Borucki, investigador principal de la misión Kepler en el Centro de Investigación Ames de la NASA. “Los planetas de mayor interés son las otras tierras (...). Los resultados más emocionantes de la misión Kepler están por venir”.
Pero ha habido algunos contratiempos en el viaje de la misión Kepler.
En julio, el aumento de la fricción provocó la falla de una de las cuatro ruedas de reacción del telescopio. Estas ayudan a controlar la dirección de la nave espacial.
“No sabemos qué causó que la rueda fallara, pero seguimos investigando”, dijo Steve Howell, científico de proyecto para la misión.
Probablemente el Kepler continúe su misión con sólo tres ruedas porque “en cuanto a la ciencia y a los objetivos de la misión, no ha tenido impacto en lo absoluto”, dijo Howell.
Sin embargo, en un artículo publicado en Spaceflight Now, Borucki sugirió que si otra de las ruedas deja de funcionar, la misión terminaría permanentemente.
Más recientemente, los ingenieros encontraron que durante un periodo corto de la misión, el telescopio no podía apuntar con precisión suficiente para tomar información científica exacta. Kepler ejecutó exitosamente un proceso de recuperación y ahora opera como debería. La misión, originalmente programada para terminar a principios de este año, fue extendida para otros cuatro años.
Esta extensión permitirá que Kepler encuentre otros mundos que están en la “zona Ricitos de Oro”; no demasiado lejos ni demasiado cerca de sus estrellas huésped, de forma similar a la Tierra.
“La Tierra no es única, y tampoco es el centro del universo. La diversidad de otros mundos es más grande de lo que suponen todas las novelas y películas de ciencia ficción”, dijo a la NASA Geoff Marcy, profesor de Astronomía en la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos. “Aristóteles estaría orgulloso de nosotros por responder algunas de las preguntas filosóficas más profundas sobre nuestro lugar en el universo”.
La fase de operación de la misión Kepler es dirigida por el Centro de Investigación Ames y el Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA gestionó el desarrollo y lanzamiento de la nave espacial.
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