MATÍAS CASTRO
Con una larga discografía bajo el brazo, inspirada en buena medida sobre la idea de combinar música y ciencia biológica, el Dj británico Max Cooper llega esta semana a Montevideo. Tocará en un evento privado el próximo jueves en After Hotel.
El infrecuente cruce entre música electrónica y ciencias no es solo un eslogan, sino que tiene que ver con la formación de Cooper. Criado en Belfast y ahora asentado en Londres, Cooper tiene un título universitario en biología computacional, una rama que investiga en los modos de aplicar algoritmos y computadoras a los estudios de biología y también química, matemática y física entre otras. Recibió su PHD en la Universidad de Nottingham y de hecho trabajó hasta hace un par de años como investigador en el Colegio Universitario de Londres, al mismo tiempo que seguía con su extensa carrera en las pistas de baile y en el estudio, produciendo a otros.
"Hay efectivamente muchas similitudes entre mi música y mis estudios", explicó en una entrevista por email, ofrecida a El País en medio de un intenso recorrido por Argentina esta semana. "En ambas áreas me siento en mi computadora para trabajar con sistemas abstractos, experimentando para encontrar algo interesante. Pero en otro nivel, la ciencia y la música, en sus raíces, son patrones. La música se forma por patrones en las ondas de sonido y la ciencia se preocupa por encontrar patrones en la naturaleza para que finalmente podamos entenderla mejor".
No es frecuente encontrar desarrollos y conexiones de este tipo entre Dj`s, ni entre músicos tradicionales. La combinación también le ha permitido desarrollar toda una carrera de colaboración con otros artistas. Una de ellas es la trilogía Serie, tres canciones bailables cuyos videos fueron dirigidos por el animador Whiskas FX, inspirados por conceptos científicos y matemáticos. Muchos de sus videos fueron descritos como trabajos visuales sobrecogedores, mientras que la revista IDJ lo ha calificado como uno de los artistas de producción "más hermosa en la moderna música bailable".
Como productor ha trabajado mucho lanzando remezclas de canciones de bandas y artistas tan dispares como Hot Chip, Michael Nyman y Au revoir Simone. "Al escuchar una canción habitualmente puedo decir si hay algo que me enganche para poder construir a partir de ahí mi propia pista", explica sobre cómo elige la música que remezclará. "Elijo los temas basado en este instinto, que es algo sobre lo que me puedo apoyar para hacer mi mezcla… El `espíritu original de una canción` es distinto para cada persona, así que aunque a alguien le pueda parecer que yo destruí ese espíritu con una remezcla, siempre tomo cierta clase de espíritu del original y sobre él trabajo. A veces puede ser muy sutil ya que solo preciso una pequeña idea para poder avanzar".
Sus seguidores también han hecho su aporte, al crear sus propios videos para sus canciones. Muchos de ellos se pueden ver en su sitio web. "No se los pido para nada, ¡solo empezaron a hacerlo! Es genial. Me encanta cuando la gente se inspira para hacer algo que acompaña mi música. Lo que yo hago es ayudar a promover su trabajo todo lo que puedo".
Distintos públicos
"Toco un set distinto de temas en cada ocasión", explica Max Cooper con respecto a las variaciones que planifica en función del país en que se presente. "No tengo un plan preestablecido y llevo toda mi música para poder mezclar en cualquier orden... Seguro que el público es distinto en cada país. Los británicos tienen lapsos más chicos de atención, los españoles y los alemanes prefieren sets que les permitan sumergirse y que se construyan en períodos más largos de tiempo. Pero es imposible generalizar mucho más y tiene todo que ver con el perfil del concierto".
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