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El Chelsea del español Rafa Benítez se atascó el miércoles en Stamford Bridge ante el modesto Fulham y firmó su segundo empate a cero consecutivo en la Premier League.
Desde que el preparador madrileño asumió el mando del equipo la pasada semana, tras el cese fulminante del italiano Roberto Di Matteo, los Blues, liderados en el ataque por el también español Fernando Torres, no han logrado todavía hacer subir un gol al marcador.
En su segundo encuentro como técnico del Chelsea, Benítez, que afrontaba el duelo con las ausencias de algunos jugadores clave como Frank Lampard, John Terry y Daniel Sturridge, hizo varios cambios en su alineación respecto al fin de semana y dio descanso al centrocampista Juan Mata de inicio.
El Niño Torres ocupó una vez más el centro del ataque blue, flanqueado por el belga Eden Hazard y el brasileño Óscar, y con su compatriota Oriol Romeu a la espalda, contribuyendo al juego desde el medio campo.
Al contrario que el pasado domingo, cuando el Manchester City se adueñó del balón en Stamford Bridge al inicio del encuentro, los de Benítez dominaron la posesión desde los primeros minutos ante el Fulham, un equipo que transita por la mitad de la tabla de la Premier.
La presión del centro de campo blue obligaba a recular cada vez más a un Fulham que, tras veinte minutos de juego, mantenía la mayor parte el tiempo sus líneas al borde de su propia área.
Ante el cerrojo que habían plantado sobre el césped sus vecinos del oeste de Londres, los locales trataban de abrir huecos en el campo cambiando el juego de banda con frecuencia, a pesar de lo cual encontraban dificultades para acercarse a la portería del australiano Mark Schwarzer.
Torres se veía continuamente rodeado por jugadores rivales y trataba de recibir, sin excesiva fortuna, balones de espaldas, mientras los minutos transcurrían inexorables en Stamford Bridge sin que los locales se mostraran capaces de crear peligro.
En el descanso, el ambiente en las gradas del estadio londinense era similar al que se vivió el pasado domingo, cuando los Blues quedaron atascados ante el Manchester City.
El panorama no varió para los locales en la reanudación: el Fulham se desentendía del juego y se dedicaba prácticamente en exclusiva a defenderse en su área.
Los visitantes, sin embargo, no estaban dormidos, sino agazapados, y en el minuto diez del segundo tiempo quitaron el aliento a los aficionados del Chelsea con la mejor ocasión del partido hasta entonces, en la que el griego Giorgos Karagounis se plantó con opciones ante Cech, que atajó el balón in extremis.
Más allá del susto, que fue importante, los Blues monopolizaban el encuentro, si bien continuaban sin dar muestras de capacidad de penetración a través de la defensa del Fulham.
Ante la necesidad, quizás inesperada, de tener que buscar los tres puntos a media hora para el final del duelo, Benítez tomó la decisión de sacar al campo a Mata, que, desde su posición de centrocampista ofensivo, se ha mostrado como uno de los futbolistas más inspirados en ataque esta temporada.
Los locales comenzaban a dar síntomas de nerviosismo y, por contra, los visitantes se crecían ante la incapacidad de los Blues por superarles. En el minuto 75, el noruego John Riise obligó a Cech a detener un tiro raso desde fuera del área que podría haber puesto por delante al Fulham.
Un remate de Torres desde el interior del área dio esperanzas a los aficionados locales, que aún vieron cómo su equipo se acercaba a puerta en diversas ocasiones en unos diez minutos finales en los que, sin embargo, el Fulham fue capaz de defender el empate.
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