La VI cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) comenzó este viernes en Lima con dos ejes principales: una mayor integración en defensa y proyectos de infraestructura en común.
Los presidentes de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Uruguay, Venezuela y Surinam llegaron a la cita en Lima, Perú, donde estarán los representantes de las presidentas de Argentina, Cristina Kirchner, y de Brasil, Dilma Rousseff, quienes no asistirán a la cumbre por razones de salud y compromisos previos, respectivamente.
La cumbre está marcada por la reciente reunión que los ministros de los países integrantes de la Unasur, una institución nacida en 2008 y que hasta ahora ha tenido un marcado perfil político, tuvieran a principios de noviembre y donde acordaron 531 proyectos de infraestructura en la región por un valor de 116,000 millones de dólares. Y llega también meses después de que Paraguay viviera momentos de suma tensión política, tras la destitución del presidente Fernando Lugo.
En este marco, los presidentes de las 12 naciones sudamericanas integrantes de la Unasur avanzarán en su integración concretando proyectos de infraestructura así como delineando una agenda en común en materia de defensa. Ambos aspectos significan un paso hacia delante en un bloque que hasta ahora sólo había desarrollado un perfil político.
“Unasur surge en un contexto en donde los bloques de integración tenían dificultades”, dijo a CNNMéxico el politólogo uruguayo Gerardo Caetano, director académico del Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir). Para 2008, año en el que nace la Unasur, el Mercado Común del Sur (Mercosur integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y recientemente Venezuela) había demostrado tener problemas en consolidar la unión aduanera que proponía desde su creación en 1991. También la Comunidad Andina de Naciones (CAN, integrada por Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú) se encontraba debilitada y había sufrido ya el retiro de Venezuela y Chile.
“La Unasur nace como una concertación política de los estados de Sudamérica. Y así entre sus objetivos fundamentales está garantizar paz y democracia en el subcontintente. Esto marcó su origen porque intervino con éxito durante varios conflictos regionales. De allí la idea de configurar acuerdos de políticas públicas comunes a través de consejos, como el de defensa”, agregó Caetano.
En 2008, celebró su primera reunión de emergencia tras el conflicto interno que enfrentó al gobierno central de Bolivia con los gobiernos regionales. En 2010, hizo lo mismo tras el golpe de Estado que en Ecuador intentó derrocar al presidente Rafael Correa. Y este año vivió una situación similar tras el derrocamiento del presidente paraguayo Fernando Lugo. Algo que significó la suspensión temporal de Paraguay de la Unasur.
“La Unasur es una alianza política regional, que compite con la Organización de Estados Americanos (OEA). Y ha demostrado su eficacia en dos aspectos: resolución de crisis políticas y conflictos bilaterales, y en desarrollar un marco autónomo de seguridad regional”, dijo a CNNMéxico el politólogo argentino Julio Burdman. “Si algún día va a evolucionar hacia un bloque económico, no lo sabemos. La OEA quiso transformarse en una unión comercial con el proyecto ALCA, pero fracasó”.
Obras, defensa y el liderazgo brasileño
En esta cumbre, la Unasur vuelve a hablar de proyectos de infraestructura en común, tras algunos sueños nunca concretados. En 2006, el bloque había estudiado la posibilidad de construir un corredor interoceánico que uniera el Océano Atlántico y el Océano Pacífico, y que pasara por Perú, Bolivia y Brasil. En ese mismo año, se habló de un anillo energético sudamericano que permitiera el abastecimiento de gas peruano a países como Argentina, Uruguay, Chile y Brasil. Ambos proyectos nunca se concretaron.
“Todos los países en Sudamérica han dejado que su infraestructura se deteriore”, dijo a CNNMéxico, Peter Hakim, director del Inter-American Dialogue, think tank con sede en Washington. “Desarrollar esta área se necesita desesperadamente. Pero es difícil para cualquier país concretar una inversión masiva en infraestructura. La cooperación entre países, a menos que uno de ellos tome el liderazgo, será incluso más difícil. Hay una necesidad de cruzar fronteras y no estoy seguro de que la Unasur pueda hacer mucho para facilitar eso”.
De los 531 proyectos que se anunciaron a principios de noviembre, 31 se ejecutarían en los próximos seis años. Ya el secretario general de la Unasur, Alí Rodríguez Araque, anunció que en cinco de estos proyectos se unirá a Colombia, Brasil, Guayana, Surinam y Venezuela, y que también se piensa en la integración de Colombia, Bolivia, Brasil y Perú. También se adelantó que seis de los proyectos estarán en Perú, país sede de esta cumbre.
“La Unasur es, en el fondo, un proyecto de la cancillería brasileña”, dijo a CNNMéxico el politólogo argentino Norberto Consani, director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata. “Los proyectos de un corredor interocéanico y de un anillo energético vienen de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), que Brasil creó en 2000. Hasta ahora una de las cosas pendientes era darle viabilidad a ese tipo de integración. Porque cuando hablamos de infraestructura física las palabras no sirven, hay que ir a los hechos” dijo Consani.
La reunión de este viernes contempla la delineación de una agenda de defensa en común a partir del Consejo de Defensa Sudamericano, uno de los nueve consejos de la Unasur. Algo novedoso en un subcontinente acostumbrado a que sus políticas de seguridad estén dictadas desde Washington o la OEA. Aunque la defensa, según algunos analistas, la defensa estaría centrada en el fortalecimiento de las fronteras más que en la creación de un ejército en común.
“Cuando hablamos de defensa hablamos del gran promotor de Unasur que es Brasil”, estimó el politólogo uruguayo Gerardo Caetano. “Brasil limita con ocho de los 10 restantes países sudamericanos. Así que esa es la frontera decisiva para la seguridad del subcontinente. Y es delicada porque tiene litigios, hay temas de narcotráfico, núcleos de alto delito, conflictos sociales y hay riquezas en términos de recursos naturales de enorme potencialidad estratégica”.
Paraguay, sobre la mesa
En el marco de las discusiones sobre defensa, la situación de Paraguay estará desde este viernes nuevamente en el debate. Luego de que el presidente electo constitucionalmente, Fernando Lugo, fuera destituido en junio de este año tras un juicio político que varios líderes sudamericanos calificaron de golpe de Estado, Paraguay fue suspendido del bloque (como también del Mercosur) hasta el reestablecimiento de su orden institucional, algo que sucedería en las próximas elecciones de abril. Según los analistas consultados por CNNMéxico, sin Paraguay la Unasur (como también el Mercosur) pierde legitimidad.
“Estas son las luces y sombras de la Unasur”, estimó el politólogo argentino Norberto Consani. “Incluso en el Mercosur, que es el otro bloque importante en la región, es la primera vez en 20 años que hay un país suspendido. La situación actual de Paraguay es un problema. Se está esperando a que haya elecciones y supuestamente recuperar la normalidad institucional”.
Tras mediar en varios conflictos regionales, Unasur demostró durante la crisis de Paraguay su capacidad de actuar e imponer sanciones a un país. Hasta entonces solo se había pronunciado en ciertos conflictos internos (como el caso de Bolivia en 2008 y el golpe de Estado en Ecuador en 2010) así como había facilitado ámbitos de negociación, particularmente entre Colombia y Venezuela en 2010 cuando las tensiones crecían a raíz de las bases de las FARC localizadas en Venezuela.
“La Unasur ha tenido un papel importante en situaciones críticas de la región. Pero es demasiado temprano aún para emitir juicios sobre su capacidad de acción”, estimó Hakim, desde el Inter-American Dialogue. “El bloque tomó el liderazgo en la situación de Paraguay, pero todavía hay desacuerdos con respecto a las resoluciones que tomó. Varios países están ahora echando marcha atrás y manteniendo nuevamente relaciones normales con el nuevo gobierno de Paraguay. Si la Unasur puede ser institucionalizada en el tiempo, dadas las grandes divisiones y tensiones que existen en América del Sur, es algo que todavía resta determinar”.
México, lejos de entrar
En febrero, Argentina se posicionó a favor de un ingreso de México a la Unasur como país asociado. Pero aún podemos estar muy lejos de que eso se concrete. Según los analistas consultados por CNNMéxico, el impedimento es geográfico, pero también tiene que ver con los liderazgos internos del bloque. “Unasur es un grupo geográfico. De hecho muchos creen que se estableció así para excluir a México. Y si el país entrara, ¿por qué no también las naciones de Centroamérica?”, estimó Hakim.
México, con una población de 117 millones de personas y un PIB de 19,168 millones de dólares, es el único país que podría enfrentar el liderazgo de Brasil, la primera economía sudamericana y la sexta a nivel mundial. “Para México está la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac) que es la estrategia para mantener un espacio latinoamericano asentado en la cultura. Pero no hay un espacio geopolítico latinoamericano. O por lo menos Brasil entiende que no hay”, concluyó el politólogo Caetano.
El beneficio para México estaría, además, solo en la base política ya que hasta ahora la Unasur no se ha conformado como un bloque comercial. Algo, además, que sería difícil que suceda ya que integra países como Chile, Perú y Colombia que tienen Tratados de Libre Comercio firmados, con otros países que no. “Eso es lo primero que hay que ver para entender qué puede hacer este bloque y qué no. Hoy la Unasur no puede establecer una unión aduanera”, agregó Caetano.
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